Acapulco Guerrero
“Entrenamiento de guerreros, convivencia entre hermanos”, es la forma en la que se puede definir fácil y claramente el campamento organizado en el emblemático puerto de Acapulco Guerrero, por el Maestro y representante de la Gracie Barra México; Roberto Zapata Radilla, quien cuenta con una experiencia basta, adquirida a través de los años y de los muchos viajes que ha realizado por países como Rusia y Brasil.
Durante tres días, entrenadores y practicantes de distintos estados de la república se reunieron con una sola intención: Mejorar los aspectos técnicos como competidores en el Arte Marcial del Jiu Jitsu Brasileño, sistema de combate que sin duda ha sido la base y la principal herramienta de las AMM a nivel mundial. En ese proceso de interacción los invitados lograron hermanarse de manera inigualable, la cordialidad y el respeto resultaron la pieza clave.
El programa era sencillo, no se buscaban fórmulas mágicas, atrás quedaron los supuestos secretos que rodeaban y mitificaban al entrenamiento marcial que por tantos años el cine y la televisión se encargaron erróneamente de divulgar. Entrenar, mañana, tarde y noche, sólo entrenar, hacer sparring, dejar la vida en cada intento de llave, en cada intento de estrangulación o derribe, avanzar un poco más. Buscar ser mejor, pero no mejor que los demás, sino mejor que uno mismo.
El seminario fue intenso, agotador incluso, pero de calidad internacional. La visión de Zapata de hacer crecer como practicante a cada persona presente, hizo que una y otra vez impulsara a los alumnos a dar ese extra al que los conocedores le llaman espíritu. Con una atención que para no variar, fue completa, directa, seria pero a la vez amena.
Sin afán de protagonismos ninguno de los participantes buscó la gloria personal, por el contrario, maestros de distintos Artes Marciales como el Judo y el Kali expusieron también sus técnicas, volviendo aquello una amalgama de conocimientos con la intención de conseguir un peleador mucho más completo.
El campamento también sirvió para fortalecer las relaciones de compromiso entre diferentes lugares de nuestro país; gente de Guerrero, Chiapas, Jalisco, Guanajuato y Sonora se olvidaron de regionalismos, comprendiendo que sólo hay una manera de avanzar de forma firme hacía el futuro; unidos. En un México que durante generaciones ha estado separado por diferentes visiones, rivalidades ilógicas y sin fundamento entre hermanos del norte y el sur, resulta positivo y alentador el darse cuenta que el arte y el deporte son la guía que nos llevarán a solucionar muchos de los problemas que vive nuestra sociedad.
Extiendo desde aquí una felicitación pero sobre todo un agradecimiento a cada persona que de una u otra manera tuvieron que ver en ésta aventura en el sur de México, personas que son los líderes en sus respectivos gimnasios, que le dan a la juventud de ésta bella nación una razón por la cual alejarse de los vicios, del sedentarismo, etc. Profesores Roberto Zapata, Gerardo Ruvalcaba, Adán Castillejos, Julio Domínguez, una vez más mil gracias, y nos vemos pronto.
“Entrenamiento de guerreros, convivencia entre hermanos”, es la forma en la que se puede definir fácil y claramente el campamento organizado en el emblemático puerto de Acapulco Guerrero, por el Maestro y representante de la Gracie Barra México; Roberto Zapata Radilla, quien cuenta con una experiencia basta, adquirida a través de los años y de los muchos viajes que ha realizado por países como Rusia y Brasil.
Durante tres días, entrenadores y practicantes de distintos estados de la república se reunieron con una sola intención: Mejorar los aspectos técnicos como competidores en el Arte Marcial del Jiu Jitsu Brasileño, sistema de combate que sin duda ha sido la base y la principal herramienta de las AMM a nivel mundial. En ese proceso de interacción los invitados lograron hermanarse de manera inigualable, la cordialidad y el respeto resultaron la pieza clave.
El programa era sencillo, no se buscaban fórmulas mágicas, atrás quedaron los supuestos secretos que rodeaban y mitificaban al entrenamiento marcial que por tantos años el cine y la televisión se encargaron erróneamente de divulgar. Entrenar, mañana, tarde y noche, sólo entrenar, hacer sparring, dejar la vida en cada intento de llave, en cada intento de estrangulación o derribe, avanzar un poco más. Buscar ser mejor, pero no mejor que los demás, sino mejor que uno mismo.
El seminario fue intenso, agotador incluso, pero de calidad internacional. La visión de Zapata de hacer crecer como practicante a cada persona presente, hizo que una y otra vez impulsara a los alumnos a dar ese extra al que los conocedores le llaman espíritu. Con una atención que para no variar, fue completa, directa, seria pero a la vez amena.
Sin afán de protagonismos ninguno de los participantes buscó la gloria personal, por el contrario, maestros de distintos Artes Marciales como el Judo y el Kali expusieron también sus técnicas, volviendo aquello una amalgama de conocimientos con la intención de conseguir un peleador mucho más completo.
El campamento también sirvió para fortalecer las relaciones de compromiso entre diferentes lugares de nuestro país; gente de Guerrero, Chiapas, Jalisco, Guanajuato y Sonora se olvidaron de regionalismos, comprendiendo que sólo hay una manera de avanzar de forma firme hacía el futuro; unidos. En un México que durante generaciones ha estado separado por diferentes visiones, rivalidades ilógicas y sin fundamento entre hermanos del norte y el sur, resulta positivo y alentador el darse cuenta que el arte y el deporte son la guía que nos llevarán a solucionar muchos de los problemas que vive nuestra sociedad.
Extiendo desde aquí una felicitación pero sobre todo un agradecimiento a cada persona que de una u otra manera tuvieron que ver en ésta aventura en el sur de México, personas que son los líderes en sus respectivos gimnasios, que le dan a la juventud de ésta bella nación una razón por la cual alejarse de los vicios, del sedentarismo, etc. Profesores Roberto Zapata, Gerardo Ruvalcaba, Adán Castillejos, Julio Domínguez, una vez más mil gracias, y nos vemos pronto.
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