Corría la década de los setenta, cuando estaban en su apogeo las películas de artes marciales (principalmente chinas), en dónde era un acontecimiento sin igual, todo muchacho quería aprender éste estilo de pelea oriental en donde era un hecho fuera de lo común el pegar con la mano abierta, ya que el contacto que se tenía con las técnicas de pelea en México era principalmente el boxeo, los brincos y gritos al golpear llamaban la atención y era un espectáculo sin igual.
En la escena de las artes marciales en México (años 50´s) entra primeramente el jiu-jitsu tradicional japonés, con su principal difusor, el profesor Daniel F. Hernández, actualmente cinta roja 9º. Dan, al no tener éxito por lo extenuante del entrenamiento y la contundencia de los movimientos, decide empezar con la enseñanza del judo, definido como “el jiu-jitsu deportivo” (actualmente deporte olímpico), al empezar a quedarse sin alumnos por lo pesado del entrenamiento y al ser un arte de contacto pleno, llega a la conclusión de que el mexicano no está preparado para éste tipo de arte marcial.
Década de los 60´s
Después con la ayuda del profesor Hernández, llega a México el karate, con el profesor Murata, de origen japonés, y el lima-lama, arte marcial polinesio, con el profesor Rigoberto López, alumno directo del fundador el profesor tino tuiolosega.
Década de los 70´s
Después de ésta puerta que se abrió en la escena de la artes marciales en México, llegaron un sin fin de artes marciales y variantes, como ejemplo las artes marciales chinas: kung-fu, wushu, etc., otros estilos de karate como: shoto kan, shito ryu, goyu ryu, shudo kan, wado ryu, etc., el arte marcial coreano tae kwon do, el cual es el que goza de mayor popularidad actualmente por su inclusión en los juegos olímpicos, el kendo que es el arte del manejo de la espada japonesa, el aikido, y por último una disciplina la cual está considerada como la más dura debido a la contundencia principalmente de codos y patadas, el muay thai, arte marcial tailandés.
Década de los 80´s
Corría la década en la cual las artes marciales tuvieron un gran empuje por la gran cantidad de torneos a gran escala de diferentes estilos y escuelas de artes marciales, entre las que destaca el tae kwon de, el karate, el kung fu, el lima-lama, los cuales en algunas ocasiones abrieron sus torneos para que no sólo el mismo estilo pudiera competir si no todos reunidos en el mismo campeonato, el judo gozó de gran popularidad pero nunca alcanzó el número de competidores que las artes marciales de pies y manos conseguían.
Paralelamente las artes marciales se daban a conocer principalmente con presentaciones por canales abiertos de televisión.
También por estos años llegó a la escena de las artes marciales un estilo de competencia llamada “full-contact” que agrupaba de una manera más libre a todos los estílos de golpeo de pies y manos y dejaba de lado las reglamentaciones de cada estilo que era la discusión eterna de los invitados a competir al alegar que tenían desventajas por que el reglamento era diferente al de ellos, de tal forma que se buscó un estándar en la forma de evaluar los combates, también éste estilo se dividió en “medium contact” y “soft contact” lo cual fue una invención para los que no querían tener un contacto contundente en los campeonatos.
Década de los 90´s
Los 90´s fue un acontecimiento si igual, aunque muchas veces se había intentado hacer un tipo de competencia “libre” en la que a distancia se golpeara de golpe con la mano o de patada y en la distancia corta se competía con judo, nunca hubo un contacto total, es decir, parecía karate, con golpes de puño y patadas en la distancia de pie y judo en la distancia corta con proyecciones y trabajo de suelo, en donde no estaban permitidos los golpes ni las patadas , algo parecido al jiu-jitsu tradicional actual, a raíz de que Europa tomara las riendas de la federación internacional de jiu-jitsu, se convirtió en una competencia mitad karate mitad judo, algo para mi gusto muy desafortunado, porque al querer hacer deportivo el jiu-jitsu tradicional perdió, como todas las artes marciales su efectividad y contundencia en un combate real.
El sistema del jiu-jitsu brasileño aparece en la escena mundial con los eventos del “ultimate fighting championchips” (ufc), y todas las creencias de cual sería el mejor arte marcial en un combate sin reglas fueron al fin puestas a prueba, en un inicio como campeonato de “vale-tudo” competencia de origen brasileño en donde el único compromiso era mostrar las habilidades y técnicas del arte marcial que cada competidor representaba. Fue enfrentarse a la realidad, todos fueron dominados por el más ligero de los competidores con un estilo único de jiu-jitsu, el jiu-jitsu brasileño o gracie jiu-jitsu, la gente, propios y extraños, veían con incredulidad como uno a uno los oponentes eran sometidos sin mayor problema por un experto en el arte del jiu-jitsu brasileño y además mucho más ligero que ellos…
En México se introdujo un tipo de competencia similar, pero en los inicios no hubo mucho éxito, en los 90´s México no estaba aún preparado para recibir los torneos de vale todo por lo crudo de las competencias, además las limitaciones principalmente para los peleadores de judo, jiu-jitsu, al no permitirles trabajar libremente en el suelo por limitarlos en tiempo y por la prohibición del uso de estrangulamientos, aunque estaban limitados los competidores expertos en el combate de piso hubo buenos resultados pero siempre acompañados de mucha polémica y discusión, y por último, los intereses de los artes marciales tradicionales, los cuales fueron los principales organismos que estuvieron en contra de este tipo de competencias, alegando por un lado que era una carnicería y salvajismo, pero que en realidad los movían intereses económicos, ya que ellos no podrían tener el control de éste tipo de eventos al carecer de la formación adecuada para enfrentar este tipo de combate.
Con el paso del tiempo en estados unidos se hicieron reglamentaciones para equipo de protección mínimo y tabla de pesos y con esto se creó un nuevo estilo de competencia, las artes marciales mixtas, porque se comprobó en sobradas ocasiones que un golpe y una patada no es suficiente para terminar un combate, pero también fue ampliamente demostrado que un peleador que sólo va por la palanca o estrangulamiento era un peleador incompleto por la falta de golpes en su repertorio y aunque las derrotas no fueron tantas como con los peleadores que solo golpeaban, se dio la transformación del vale todo a las artes marciales mixtas en donde si bien un peleador tenía sus mayores recursos en una distancia en específico, tenían un equilibrio en cuanto golpes, patadas, rodillazos, codazos, derribes, lucha en el suelo y más recientemente el manejo de la jaula, al perfeccionarse todo esto fue muy necesario la inclusión de la tabla de pesos para evitar las ventajas que brinda el peso en dos competidores con la misma preparación físico-técnica.
El peleador mexicano sigue en la evolución de convertirse en un peleador completo de artes marciales mixtas y por la sangre guerrera y nuestra historia, estamos seguros de representar pronto a México en eventos de talla mundial.
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