FUERA DE LA TORMENTA
Luis Fernando Briceño Zuloaga
Al Maestro con cariño. Por todos es sabido que las Artes Marciales son como un camino, cada paso lleva un crecimiento personal, cada experiencia una enseñanza, y cada sacrificio tarde o temprano nos da una recompensa. En los últimos años con la expansión y la popularización de las Artes Marciales Mixtas en todo el mundo, estas filosofías han empezado a verse por algunos como; obsoletas, inútiles y nada aplicables en estos tiempos de globalización en los que todo pareciera resumirse en marketing, publicidad y ganancias.
Aún así, hay gente que se resiste a dejar morir la esencia y la tradición en los sistemas de combate, la herencia que nos dejaron todos aquellos maestros que sacrificaron su vida con la esperanza de que su legado fuera bien comprendido. Del día 30 de Noviembre al 3 de Diciembre en la ciudad de Guadalajara, el Maestro y peleador de AMM Gerardo “Cocodrilo” Ruvalcaba organizó un seminario que impartió uno de esos defensores; Roberto Zapata Radilla, representante de la Gracie Barra.
Alrededor de veinte alumnos, desde niños hasta adultos, pertenecientes al equipo de Cocodrilo Top Team entrenaron técnicas de primer nivel, recién desempacadas de Brasil, “rolando” una y otra vez directamente con el Profesor, absorbiendo así parte del estilo de pelea que inmortalizara la familia Gracie, y que Zapata comprende, y desarrolla casi a la perfección.
Roberto Zapata, orgullosamente mexicano, es un dragón sobre el área de entrenamiento, se mueve con la suavidad de quien se siente seguro de lo que esta haciendo, envuelve poco a poco a su contrincante en turno, mientras regala una sonrisa o algún gesto de despreocupación a la gente que lo mira; como un ajedrecista de primer nivel organiza paso a paso su juego hasta que logra atraparte, después de eso, todo es mero tramite, el “tapeo” más que una obligación, es una necesidad.
Aunque pareciera poco creíble dado la inmensa calidad que tiene el Maestro como Artista Marcial, su forma de ser como persona, es aún más admirable. Pequeño de estatura, pero gigante de corazón se porta amable y sencillo, bromista cuando es necesario y siempre dispuesto a enseñar a todo aquel que se le acerca. En él aplica exactamente la frase que alguna vez dijera Rabindranath Tagore “Cuanto más grande somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza”
Es de agradecerse que en pleno siglo XXI alguien nos vuelva a recordar que las Artes Marciales no solo tratan de golpes, de patadas, derribes o controles en el suelo, de competir y ganar, de monopolios, marcas y egos, sino que tienen un trasfondo, una ideología que transforma a la persona en un mejor ser humano, útil para la sociedad. Que los dogmas y principios que estas tienen, son tan aplicables hoy, como hace cien o mil años, que para practicar se debe estar dispuesto a aprender pero también a disfrutar, que el talento y el físico siempre serán opacados por la pasión y que rendirte en un entrenamiento no necesariamente significa haber perdido.
Desde aquí reitero mi respeto, admiración y agradecimiento tanto al Maestro Zapata como al Maestro Ruvalcaba, hombres que están luchando por buscar la unidad nacional dentro del Jiu Jitsu Brasileño, sabedores de la calidad que tiene el mexicano, de la valentía y pundonor, pero sobre todo de esa calidez humana que nos ha hecho famosos a lo largo y ancho de este planeta. De nuevo mil gracias, y nos vemos pronto…
Luis Fernando Briceño Zuloaga
Al Maestro con cariño. Por todos es sabido que las Artes Marciales son como un camino, cada paso lleva un crecimiento personal, cada experiencia una enseñanza, y cada sacrificio tarde o temprano nos da una recompensa. En los últimos años con la expansión y la popularización de las Artes Marciales Mixtas en todo el mundo, estas filosofías han empezado a verse por algunos como; obsoletas, inútiles y nada aplicables en estos tiempos de globalización en los que todo pareciera resumirse en marketing, publicidad y ganancias.
Aún así, hay gente que se resiste a dejar morir la esencia y la tradición en los sistemas de combate, la herencia que nos dejaron todos aquellos maestros que sacrificaron su vida con la esperanza de que su legado fuera bien comprendido. Del día 30 de Noviembre al 3 de Diciembre en la ciudad de Guadalajara, el Maestro y peleador de AMM Gerardo “Cocodrilo” Ruvalcaba organizó un seminario que impartió uno de esos defensores; Roberto Zapata Radilla, representante de la Gracie Barra.
Alrededor de veinte alumnos, desde niños hasta adultos, pertenecientes al equipo de Cocodrilo Top Team entrenaron técnicas de primer nivel, recién desempacadas de Brasil, “rolando” una y otra vez directamente con el Profesor, absorbiendo así parte del estilo de pelea que inmortalizara la familia Gracie, y que Zapata comprende, y desarrolla casi a la perfección.
Roberto Zapata, orgullosamente mexicano, es un dragón sobre el área de entrenamiento, se mueve con la suavidad de quien se siente seguro de lo que esta haciendo, envuelve poco a poco a su contrincante en turno, mientras regala una sonrisa o algún gesto de despreocupación a la gente que lo mira; como un ajedrecista de primer nivel organiza paso a paso su juego hasta que logra atraparte, después de eso, todo es mero tramite, el “tapeo” más que una obligación, es una necesidad.
Aunque pareciera poco creíble dado la inmensa calidad que tiene el Maestro como Artista Marcial, su forma de ser como persona, es aún más admirable. Pequeño de estatura, pero gigante de corazón se porta amable y sencillo, bromista cuando es necesario y siempre dispuesto a enseñar a todo aquel que se le acerca. En él aplica exactamente la frase que alguna vez dijera Rabindranath Tagore “Cuanto más grande somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza”
Es de agradecerse que en pleno siglo XXI alguien nos vuelva a recordar que las Artes Marciales no solo tratan de golpes, de patadas, derribes o controles en el suelo, de competir y ganar, de monopolios, marcas y egos, sino que tienen un trasfondo, una ideología que transforma a la persona en un mejor ser humano, útil para la sociedad. Que los dogmas y principios que estas tienen, son tan aplicables hoy, como hace cien o mil años, que para practicar se debe estar dispuesto a aprender pero también a disfrutar, que el talento y el físico siempre serán opacados por la pasión y que rendirte en un entrenamiento no necesariamente significa haber perdido.
Desde aquí reitero mi respeto, admiración y agradecimiento tanto al Maestro Zapata como al Maestro Ruvalcaba, hombres que están luchando por buscar la unidad nacional dentro del Jiu Jitsu Brasileño, sabedores de la calidad que tiene el mexicano, de la valentía y pundonor, pero sobre todo de esa calidez humana que nos ha hecho famosos a lo largo y ancho de este planeta. De nuevo mil gracias, y nos vemos pronto…